El mercado de derechos de autor y publicación se encuentra en un momento de gran transformación y crecimiento. La tendencia seguida hasta ahora en la compra venta de derechos, caracterizada por las adquisiciones de catálogos de editoriales pequeñas por parte de las grandes, ha virado hacia la adquisición de catálogos de compositores concretos.

derechos de autor

Antes de bucear en el complejo mundo del mercado editorial musical cabe aclarar ciertos conceptos. Debemos tener en cuenta la diferencia entre derechos de autor, que se refieren a la propiedad de una composición (identificada con un código ISWC) y que generalmente son gestionados por sociedades de gestión de derechos (como SGAE, AGEDI en España) y derechos sobre una grabación o master (identificados con código ISRC), que se refieren a la propiedad de una grabación concreta de una composición y no a la composición en sí. En este caso trataremos sobre los derechos de autor y el estado actual del mercado de los mismos.

El mercado ha variado su tendencia, pasando de una predominancia de las adquisiciones de catálogos de editoriales pequeñas por parte de editoriales grandes a una tendencia actual dominada por las adquisiciones de catálogos de obras de compositores. El cambio se debe a diversas razones.

Por una parte, nos encontramos un panorama más estable en el mercado global de la distribución musical; la crisis va siendo superada por el sector y la digitalización comienza a afianzar su lugar predominante en el mercado, por lo que los servicios de distribución digital ofrecen una estabilidad y un crecimiento mucho mayor al de los años anteriores. Esa estabilidad estimula una mayor capacidad de maniobra negociativa por parte de los autores, que pueden negociar directamente la venta de sus catálogos.

Por otro lado es decisorio el crecimiento del mercado del streaming, es decir, el crecimiento del valor de pago por stream, como consecuencia del incremento de usuarios de pago de los canales digitales de streaming. Ese crecimiento es estable pero, sin embargo, no supone una rentabilidad tan alta como otros bienes. Su rentabilidad es interesante para grandes editoriales pero para los autores puede ser más provechoso monetizar el total o parte de sus derechos y reinvertir en otros mercados.

Otro factor importante es que muchos de los autores que crearon sus obras más rentables en la época dorada de la industria musical, hoy son mayores y, en muchas ocasiones, optan por vender su catálogo para poder disfrutar de un retiro libre de penosidades. Es el caso de Smokey Robbinson, que ha vendido su catálogo a Primary Wave, que ahora es propietaria de los derechos de canciones como "My Girl", cuya grabación original popularizaron The Temptations y que ha sido versionada por un total de 131 artistas en respectivas grabaciones. Autores jóvenes y emergentes, en cambio, optan en ocasiones por vender su catálogo en fracciones de composiciones que han hecho durante periodos de 5 años, manteniendo así un ingreso estable y una estrategia de monetización a largo plazo. Ryan Tedder, por ejemplo, es un autor joven que ha vendido una gran parte de su catálogo (aquel que no pertenece a su trabajo con la banda OneRepublic) a la editorial Downtown por una cuantiosa cantidad que le permite monetizar su producción de inmediato.

Todo ello ha supuesto un vuelco en el mercado de derechos de autor que supone una muestra más de la transformación global del mercado digital musical.

Fuente: Billboardbiz